Nos sentimos orgullosos de seguir criando a la raza autóctona de Cantabria, clave en el entorno y la naturaleza del Valle del Nansa. Gracias a la ganadería extensiva y a la raza Tudanca, podemos seguir disfrutando de los paisajes donde vivimos.
Nuestras vacas se crían en el campo, lejos de la ciudad y de la contaminación.